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«Ve al sumo sacerdote Hilcías para que cuente el dinero traído a la casa del Señor, que los guardianes del umbral han recogido del pueblo(A), y que lo pongan en mano de los obreros encargados de supervisar la casa del Señor, y que ellos lo den a los obreros que están asignados en la casa del Señor para reparar los daños de la casa(B), a los carpinteros, a los constructores y a los albañiles, y para comprar maderas y piedra de cantería para reparar la casa.

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